
Desde que me planté en el campo de la comunicación, sobre todo visual, me atraen temas que abordo desde diversos ángulos y situaciones: identidad, pensamiento y lenguaje, participación, camuflaje, apropiación, silencio, cariño, sorpresa, por mencionar algunos.
Luego de recibir la invitación para participar en la Bienal de Corea del Sur, me puse a estudiar la propuesta de los directores artísticos -Ai Weiwei y Seung H-Sang- y la formulación curatorial: design is design is not design. De ahí pasé a estudiar taoísmo, luego me di cuenta que estaba en el carajo, y busqué conocer más sobre el interés del curador de la sección en que participaría, sobre política y diseño. También estudié lo que pude sobre la exposición y sobre quienes la visitan, y un poco de cultura de Corea del Sur.
Tuve la suerte de que esos días en Finlandia, donde vivo desde hace un año, fuera época de elecciones y que además tienen un sistema parlamentario cada día más individualista y menos partidario. Entonces empecé a juntar materiales sin saber bien para qué… Gracias a estar en tierras de uno de los idiomas más complejos que conozco, fue que hice foco en la imagen de las personas más que en los textos, y no tanto en las ideologías que intentan transmitir, o en los partidos, sino en lo que las imágenes comunican o lo que cada candidato busca mostrar de sí mismo.
Como siempre, posiblemente, fue en la servilleta de algún café que llegué a la idea de trabajar con materiales existentes y generar una instalación in situ, como corresponde, que fuera accesible a un público muy amplio y que dialogara con los conceptos de la propia Bienal, de la sección y los míos. Luego, buscando la excusa de cómo organizar los materiales que tenía, llegué al gráfico de David Nolan, que cayó como anillo al dedo. Realmente lo encuentro como la grilla que ordena las decisiones de cómo producir la comunicación de candidatos.
Ahí mismo me propuse pensar de forma global el tema, porque enfocarme en la campaña política de Finlandia en una muestra global, con base en Corea del Sur, no tenía mucho sentido… Fue así que día a día me fueron llegando materiales de países muy diversos y el mural fue tomando forma.
Felipe Ridao